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SANTOS AGAPITO, OBISPO DE SÍNADA Y MÁRTIRES VICTORINO, DOROTEO, TEÓDULO Y AGRIPA

conmemorados el 18 de febrero.


 

San Agapito vivió durante el reinado de Diocleciano (284-305), y procedía de Capadocia. Era hijo de padres cristianos, y siendo aún joven, ingresó en un Monasterio. En el Monasterio, donde había alrededor de mil monjes, reunió no pocas virtudes, como una abeja recolecta de varias flores.

Allí se enderezó como un probado trabajador de los mandamientos del Señor, y humilló su cuerpo con ayunos, vigilias, y con otros medios de autocontrol. Durante un período de ochenta años comió solo distintos tipos de plantas. También salió victorioso sobre el sueño, tanto como es posible para alguien. Era servicial y estudioso en sus deberes con los hermanos del Monasterio, y se dirigía a todos los monjes como “Maestro” y “Señor”. Así fue hecho digno de recibir de Dios la gracia de obrar milagros.

Con sus oraciones triunfó sobre un dragón y sanó a una doncella de la ruina de una enfermedad. Por eso fue amado por todos y glorificado.

El emperador Licinio (313-324) descubrió cómo éste Santo era varonil en su cuerpo, por lo que lo reclutó contra su voluntad y lo alistó en su ejército. A pesar de ello, el Santo continuó su lucha ascética habitual, y no falló en el desempeño de sus deberes como soldado. El renombrado no solo sanó los males intratables y mortales de las personas, sino, así mismo, de los caballos y del ganado y de cualquier otro tipo de animal, solo con su presencia.

En aquel tiempo, el Santo vio cómo los victoriosos Mártires Victorino, Doroteo, Teódulo y Agripa estaban siendo severamente castigados por su fe en Cristo, también él quiso participar en su martirio. Por lo tanto, después de haber sido decapitados, fueron perfeccionados y recibieron la corona del combate.

Luego, el bendito Agapito, tras ser herido con una lanza, permaneció ileso por el bien de la salvación de muchos otros. Cuando Licinio partió de ésta vida y Constantino el Grande recibió el imperio de los romanos (25 de julio del año 306), sucedió lo siguiente.

Un sirviente del emperador que era diestro en sus servicios, fue poseído por un espíritu inmundo. Él gritaba y llamaba por su nombre a san Agapito. Por lo tanto, el Santo fue llamado por el emperador al palacio, y tan pronto como oró, el demonio huyó y el siervo fue sanado.

El Santo no pidió ningún favor al emperador, excepto que lo liberasen de su deber militar para poder regresar a su amada quietud. El emperador aprobó ésto inmediatamente.

Cuando el Santo retornó a su lugar, el Obispo de la ciudad de Sínada, que se encuentra en el corazón de Frigia hacia Bitinia, a cuarenta millas de Nicea, y honrado con un trono episcopal bajo la Metrópoli de Hierápolis, tomó al Santo y lo ordenó presbítero contra su voluntad. Poco después el obispo entregó su alma, y san Agapito fue ordenado Obispo de Sínada por elección de Dios, así como la de los sacerdotes y de todo el pueblo.

Tan pronto como se convirtió en Jerarca, obró mayores milagros y se hizo digno del carisma de la profecía. Para demostrar ésto claramente, mencionaremos algunas de las profecías y milagros que obró el Santo.

Una mujer que había oído hablar del Santo, fue a recibir su bendición, se acercó a él, y cuando el Santo la vio, él la contó todo sobre ella desde su infancia, y habiéndola aconsejado y beneficiado, la despidió lejos.

En otra ocasión, un diácono de Heraclea en Tracia, cuando se acercó para recibir la gracia de su bendición, el Santo lo reprendió porque había corrompido a una virgen.

Los campos del muy favorecido de Dios, obispo Damianós de Silandos, una ciudad de Lidia, estaban desapareciendo debido al flujo del río que lo atravesaba en el invierno. Con sus oraciones, san Agapito cambió la dirección del río, y así los campos del obispo fueron preservados.

Muchos otros milagros obró el Santo, contenidos en su historia, en un número mayor de cien. Simplemente por el toque de su mano, o la sombra de su cuerpo, y por sus palabras, eran curadas enfermedades intratables. Habiéndose conducido correctamente y amando a Dios, y habiendo alcanzado la vejez madura, san Agapito durmió en el Señor.



REFERENCIAS

La Ortodoxia es la Verdad. (2025). San Agapito, Obispo de Sínada de Frigia y los Mártires Victorino, Doroteo, Teódulo y Agripa. Atenas, Grecia:

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