conmemorados el 10 de marzo.
Durante una persecución contra los cristianos (en el siglo III) cierta mujer piadosa de nombre Rufina huyó de Corinto a una montaña para escapar de sus perseguidores. Allí dio a luz a un hijo, a quien nombró Cuadrato, y expiró poco después. Por providencia de Dios el niño quedó con vida y fue nutrido de milagrosa manera: una nube apareció sobre él, derramando un dulce rocío en su boca.
La infancia y la juventud de san Cuadrato transcurrieron en el desierto. Cuando era joven, se topó con los cristianos, quienes lo iluminaron con la luz de la fe verdadera. Cuadrato estudió gramática, y más tarde aprendió el arte de la medicina y obtuvo un gran éxito en él. Pero, sobre todo, Cuadrato amaba la soledad del desierto y pasaba la mayor parte de su tiempo en las colinas, en oración y meditación en Dios. Pasaron muchos años, y sus amigos y seguidores acudían con frecuencia al santo para escuchar sus instrucciones. Entre ellos estaban Cipriano, Dionisio, Anecto, Pablo, Crescencio, y muchos otros.
Por orden del impío emperador Decio (249-251), el prefecto militar Jasón llegó a Corinto para torturar y asesinar cristianos. Dado que Cuadrato era el mayor, habló por los demás. El santo defendió valerosamente su fe en Cristo Salvador, entonces recibió el tormento. San Cuadrato, a pesar del sufrimiento inhumano, animó a los demás, instándolos a no tener miedo y a permanecer firmes en la fe.
Incapaz de persuadir a ninguno de ellos para que negara a Cristo, Jasón ordenó que los mártires fueran arrojados a las bestias salvajes para ser despedazados. Pero las bestias no los tocaron. Ataron a los santos a los carros por los pies y los arrastraron por la ciudad, y muchos de entre la multitud lanzaron piedras. Finalmente, condenaron a los mártires a la decapitación por espada. En el sitio de la ejecución, los mártires pidieron un cierto tiempo para orar, y luego, uno tras otro, inclinaron sus cuellos bajo la espada.
Los restantes discípulos de san Cuadrato también padecieron por Cristo: Dionisio (otro) fue apuñalado en la noche; Victorino, Víctor y Nicéforo fueron prensados bajo una gran prensa de piedra; las manos y pies de Claudio fueron cortados; Diodoro fue arrojado a un fuego preparado para él; Serapion fue decapitado; Papias y Leónidas se ahogaron en el mar. Muchas santas mujeres también sufrieron voluntariamente por Cristo: las santas Cariesa, Basilisa, Victoria, Gala, Galina y Teodora, se contaban entre ellas.
REFERENCIAS
Orthodox Church in America. (2023). Martyr Quadratus and those with him at Corinth. New York, Estados Unidos: OCA.
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