HIMNO III,
SAN EFRÉN EL SIRIO
De nuevo según la melodía que consuela con promesas.
1. Bendito sea el nacido que ha alegrado hoy a Belén. Bendito sea el Niño que ha rejuvenecido a la humanidad. Bendito sea. Bendito sea el fruto que se bajó a sí mismo hasta nosotros, los hambrientos. Bendito sea el Bondadoso que de repente convirtió en riqueza nuestra pobreza y ha saciado nuestra necesidad. Bendito sea aquel que bajó su misericordia para curar nuestra enfermedad.
2. Gracias a la fuente [de vida] que fue enviada para nuestra absolución. Gracias al que derogó el sábado por su plétora. Gracias al que reprimió la lepra y no se quedó. También la fiebre lo vio y [tuvo que] ceder Gracias al Misericordioso que cargó con nuestra dificultad. Alabanza por tu venida que ha salvado a las gentes.
3. Gloria a quien vino a nosotros a través de su Primogénito. Gloria a aquel Silencioso que habló por su voz. Alabanza a aquel en las alturas que se hizo visible a través de su epifanía. Gloria al Espiritual que quiso ser engendrado a través de un cuerpo, para así se pudiera palpar su poder y encontraran vida a través de este cuerpo los cuerpos semejantes a Él.
4. Gloria a aquel Invisible cuyo engendrado se hizo visible. Gloria a aquel que es vida, cuyo Hijo murió. Gloria a aquel Grande cuyo Hijo descendió y se hizo pequeño. Gloria a aquel poder [divino] que plasmó una forma para su majestad y una imagen para su invisibilidad. Con el ojo y el pensamiento los vimos, con los dos.
5. Gloria a aquel Invisible que ni siquiera por el pensamiento puede ser palpado por aquellos que quieren investigarlo. Sin embargo, por su bondad se dejó palpar por la mano humana. La naturaleza que nunca fue detectada ha sido atada en sus manos y enlazada y por sus pies perforada y crucificada. Él mismo, por su voluntad, se ha encarnado para sus agresores.
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